El jefe de Gobierno tampoco dio declaraciones a la prensa que lo esperaba en el Aeropuerto Internacional Toussaint Louverture, mientras decenas de manifestantes aguardaban para criticar su gestión.
El viaje de dos días tuvo lugar en medio de un convulso periodo de manifestaciones antigubernamentales que piden su renuncia por el deterioro de la situación económica y social, aumento de precios de bienes esenciales y escasez de combustibles.
De hecho, Henry se trasladó a Florida en plena jornada de protestas el miércoles que se extendieron a varias ciudades del país y en las cuales algunos ciudadanos saquearon comercios y otros negocios, así como viviendas de funcionarios e instituciones.
Las movilizaciones se incrementaron en las últimas semanas, mientras los precios de alimentos y otros insumos aumentaron casi un cuatro por ciento con respecto a junio, y persiste la crítica escasez de combustible.
Muchos manifestantes denunciaron esta semana que la gasolina se vende en el mercado informal por más de mil 500 gourdes el galón (unos 12,5 dólares), más de seis veces su precio oficial.
Como consecuencia los precios de alimentos, transportación, generación doméstica de electricidad y otros servicios se dispararon en el país caribeño.
Mientras, la inseguridad provocada por los grupos armados que controlan extensas zonas del país empujó a miles de personas a migrar, entre ellos integrantes de la clase media y alta, con lo cual cerraron numerosos puestos de trabajo y aumentó el desempleo.
Recientemente, la Coordinación de Asuntos Humanitarios de Naciones Unidas alertó que unos 5,6 millones de haitianos, casi la mitad de la población, sufren inseguridad alimentaria y temen que la cifra aumente antes que finalice el año.
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