André Michel, portavoz de una franja del Sector Democrático y Popular, admitió que los problemas de inseguridad, inflación y combustible continúan, aunque culpó a los estragos del Partido Haitiano Tet Kalé, que dirigió el país durante la última década.
El 11 de septiembre de 2021 una veintena de partidos políticos firmaron un acuerdo para la gobernanza pacífica y la creación de una asamblea constituyente que redactara una nueva carta magna.
A ellos se unieron cientos de organizaciones en los próximos meses y Henry deseó que el consenso permitiera conducir los asuntos del Estado en armonía y buen entendimiento durante el periodo interino, “que espero sea lo más breve posible”, dijo entonces.
Aseguró, igualmente, que las elecciones para legitimar a los líderes de las instituciones estatales deberían celebrarse “a más tardar en 2022”.
Sin embargo, un año después, no hay fecha para los comicios generales y ni siquiera Henry pudo nombrar al Comité Electoral Provisional, lo cual constituye el primer paso para organizar los sufragios.
Tampoco se conocen noticias sobre la asamblea constituyente que debería presentar su versión de la Constitución tres meses después de su instalación.
Henry, además, fue incapaz de sumar a los movimientos opositores de la sociedad civil reunidos en el Acuerdo Montana y que incluso desafiaron a las autoridades al elegir un presidente y primer ministro para un eventual gobierno de transición.
Desde la firma del acuerdo y la posterior cesión de la gestión de los combustibles a favor de privados, se agravó la crisis de este rubro y se ampliaron los periodos de desabastecimiento que experimentaba Haití en los últimos años.
La situación que empeoró como consecuencia del conflicto entre Rusia y Ucrania disparó los precios de los productos básicos, transportación y generación doméstica de electricidad, lo cual provocó movimientos de protestas a nivel nacional.
A todo ello se suma el aumento de la inseguridad y acción de los grupos armados en la capital y su periferia que causaron más de 500 muertos y decenas de miles de desplazados, mientras la Policía es incapaz de contenerlos.
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