En su conferencia de prensa matutina en el Palacio Nacional, el mandatario salió al paso a las críticas de los conservadores sobre la emblemática obra que busca unir por ferrocarril con pretensiones turísticas y de servicio público, un vasto territorio de cinco estados sureños de gran riqueza histórica y cultural.
López Obrador aseguró que la campaña en contra no es por defensa del medio ambiente, sino “es una cuestión política” de los que están en contra del Tren Maya, “Los que quieren que fracase nuestro proyecto”, acusó.
Estamos cuidando cenotes en la construcción del Tren Maya, aseguró y pidió a los medios que hagan reportajes sobre Xcaret, un grupo económico muy poderoso detrás de la campaña que obtuvo permisos para perforar y unir cenotes, una acción de destrucción arqueológica, y ni lo sabe la gente porque tienen mucha influencia, pero es una empresa muy destructiva.
Yo respeto mucho al gobernador de Yucatán, Mauricio Vila, no hemos tenido diferencias. Lo cierto es que todas las autoridades por donde pasa el Tren Maya, están ayudando porque va a ser un medio muy importante no solamente para elevar el turismo en la zona, sino por los servicios generales y la creación de empleos que va a suponer.
El mandatario fue muy sarcástico con los “progres” que nunca denunciaron el saqueo y destrozo de la riqueza arquEológica del país y ahora se rasgan las vestiduras y citó un seminario de Lucas Alamán, el asesor del conservadurismo del siglo XIX, o de Vargas Llosa, o de Francisco Martín Moreno, o Carlos Alzraki quienes critican todo.
Ligó el tema con sus frecuentes críticas a medios de comunicación conservadores a los cuales les recordó que en 36 años de política neoliberal no condenaron nada, sino que defendieron el saqueo, y dijo que tanto tiempo de esos desmanes “no se borran de la noche a la mañana”, aunque son tiempos de definiciones y ya hay mucha más conciencia ciudadana.
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