María Julia Mayoral*
Como en cualquier otra sociedad, el papel del maestro resulta insustituible, remarcó el ministro de Estado y jefe de la Casa Civil de la Presidencia, Adão de Almeida, en la apertura del año lectivo.
Del maestro, estimó, “emana la luz que anula las tinieblas de la ignorancia y la pobreza cultural, y de él depende la realización de la esperanza necesaria para la construcción del progreso” de las naciones.
Para el ciclo 2022-2023, dijo, el Gobierno aseguró la producción y la posterior entrega gratuita de 48 millones de libros de texto con destino a las enseñanzas preescolar, primaria y secundaria, así como materiales didácticos de uso en los laboratorios.
Explicó que el trabajo litográfico tuvo como antecedente un importante proceso de revisión y actualización de los manuales de preescolar y primaria, a fin de elevar la calidad del aprendizaje.
Aunque los avances en años recientes resultan alentadores, es preciso continuar las inversiones, con vistas a garantizar el acceso universal a la educación.
De 2017 a 2022, ilustró el alto funcionario, fueron construidas más de 670 escuelas para atender a unos dos millones de nuevos alumnos en los diferentes subsistemas educativos, con énfasis en preescolar y primer grado.
Durante los próximos meses, entrarán en funcionamiento otros 40 centros para casi 10 mil estudiantes más, anunció.
A lo largo del quinquenio en análisis, indicó, ingresaron al sector alrededor de 45 mil profesionales; de tal forma, la educación general cuenta actualmente con cerca de 220 mil docentes y más de 10 millones de matriculados en preescolar, primaria y secundaria.
En opinión del ministro de Estado, los datos expuestos no dejan lugar a dudas sobre el gran compromiso nacional en pro de una enseñanza “verdaderamente universal y accesible para todos”.
DESAFÍOS A LA VISTA
Pese a los adelantos en cantidad y calidad, Angola afronta diversos retos inherentes al propio sistema educacional y a las condicionantes socioeconómicas.
Por estadísticas oficiales, el 24 por ciento de la población con más de 15 años de edad necesita aprender a leer y escribir. Si bien no todas las provincias presentan una situación similar, los cálculos confirman que el analfabetismo afecta a un número importante de jóvenes, sobre todo en las zonas rurales.
De acuerdo con el director nacional de Educación para Jóvenes y Adultos (EJA), Evaristo Pedro, los porcentajes más altos de iletrados se hallan en los territorios de Bié, Huila, Malanje, Moxico, Lunda Norte y Lunda Sur.
El Ejecutivo, declaró el funcionario, seguirá creando condiciones humanas, materiales, técnicas y tecnológicas para fomentar la educación de adultos, mediante iniciativas como la segunda fase del Proyecto de Aprendizaje para Todos y empoderamiento de las Niñas (PAT2).
Con financiamiento del Banco Mundial, el PAT2 prevé, en los próximos tres años, incrementar el número de personas atendidas por la vía de la alfabetización y el subsistema de Educación para Jóvenes y Adultos (EJA), corroboró.
La crisis económica interna, agudizada por la Covid-19, obligó a reducir las inversiones en la EJA, aseveró el experto, quien consideró también los perjuicios de la pandemia en términos de interrupción de las clases.
No obstante, sopesó, el programa mantiene su propósito de aminorar el índice de analfabetismo literal y funcional de la población joven y adulta, especialmente de las mujeres, en las áreas rurales y periurbanas.
El 8 de septiembre, la ministra de Educación, Luísa Grilo, reafirmó el propósito de contar en el presente curso escolar con alrededor de 162 mil 600 alumnos adultos en el sistema de alfabetización.
De 2018 a 2022, el plan atendió a dos millones 207 mil 627 personas, de las cuales un millón 137 mil 631 eran mujeres, detalló la titular.
Los desafíos actuales, reconoció, “pasan fundamentalmente por aumentar la oferta y mejorar el proceso de enseñanza-aprendizaje, generando condiciones para que un número cada vez mayor de ciudadanos pueda alfabetizarse y continuar sus estudios hasta la conclusión de la educación media”.
Al decir del ministro de Relaciones Exteriores, Téte António, las cuestiones educacionales están en el centro del debate sobre el desarrollo en Angola y la zona africana de los Grandes Lagos, pues más del 75 por ciento de los habitantes de la región tiene menos de 25 años de edad.
“Buscamos tener ciudadanos bien educados, con la revolución en sus habilidades apoyada en la ciencia, la tecnología y la innovación, siguiendo así el espíritu de la Agenda 2063 de la Unión Africana y la Agenda 2030 de Naciones Unidas”, aseguró el canciller.
LA VICTORIA EN LAS URNAS
El 24 de agosto, el gobernante Movimiento Popular de Liberación de Angola (MPLA) ganó las elecciones generales, al recibir el 51,17 por ciento de los votos.
Tras la validación de los resultados por el Tribunal Constitucional, quedó sellado el pleito en las urnas, que confirió al partido y a su presidente, João Lourenço, la legitimidad para continuar al frente del Estado y el Gobierno durante el próximo lustro.
En materia educativa, el programa del MPLA para el quinquenio 2022-2027 refrenda ambiciosas proyecciones ligadas a la calidad, el incremento de las inversiones en infraestructura, la inserción escolar y la capacitación continua del profesorado, tanto en la enseña general como universitaria.
El Plan Nacional de Desarrollo 2023-2027, adelantó Adão de Almeida, potenciará el desenvolvimiento del capital humano, en función de las necesidades educativas y formativas de los ciudadanos, colocando a su alcance la ciencia, la cultura y la tecnología.
Para cumplir su función social, la educación y la enseñanza deben ser “universales, equitativas e inclusivas”; nadie debe quedarse atrás en lo que se refiere al derecho a la formación y al ejercicio de la ciudadanía, sentenció.
Necesitamos, fundamentó, que el proceso de enseñanza-aprendizaje saque al alumno de la posición pasiva de simple receptor de conocimientos y lo sitúe como un agente capaz de desarrollar “un pensamiento crítico, libre y autónomo”.
Angola aspira a un sistema educativo promotor de la inclusión y la igualdad de género, que cultive el respeto a la diferencia, promueva el sentido de la responsabilidad individual y colectiva, la paz y el desarrollo, comentó.
A juicio de la coordinadora residente de las Naciones Unidas, Zahira Virani, resultan loables los empeños del país por garantizar el acceso a una educación de calidad, de manera inclusiva y equitativa, como un fuerte aliado en los esfuerzos por reducir las desigualdades sociales.
rmh/mjm
*Corresponsal de Prensa Latina en Angola