Según una resolución difundida por medios locales de prensa, Fernando Sabag y Brenda Uliarte son considerados coautores penalmente responsables del delito de homicidio calificado, agravado por el empleo de armas de fuego, alevosía y el concurso premeditado de dos o más personas, en grado de tentativa.
Además, enfrentan cargos por portación de arma de guerra sin la debida autorización legal, acopio de municiones, tenencia de documento nacional de identidad ajeno y falsificación de documento público.
Capuchetti también señaló la participación de la ciudadana Agustina Díaz en la planificación del atentado, pero todavía no fue procesada porque su detención ocurrió recientemente.
Asimismo, señala que el plan para asesinar a la expresidenta se puso en marcha el 22 de abril de este año, cuando Uliarte compró la pistola con la que Sabag apuntó a la cabeza de la también titular del Senado el 1 de este mes.
Además, detalla que hubo un primer intento de ataque el 27 de agosto y “que el modo en que se ejecutó la maniobra investigada refleja la existencia de una cogobernabilidad del hecho por parte de ambos imputados”.
La determinación del modo, tiempo y lugar de su ejecución estaba previamente establecida por ellos. Si bien fue Sabag quien utilizó el arma contra la víctima, lo cierto es que Uliarte también tuvo activa participación, apuntó la jueza.
También indicó que, a partir de numerosos informes, se constató la idoneidad del medio empleado para intentar matar a la vicemandataria, acto “cuya concreción no ocurrió por razones ajenas a la voluntad de sus autores”.
Capuchetti determinó que hubo premeditación debido a la planificación previa y a las operaciones de inteligencia realizadas en los días anteriores al ataque.
Además, hubo alevosía porque Fernández estaba indefensa en el medio de los militantes reunidos en las proximidades de su departamento en el capitalino barrio de Recoleta y ante una persona que le quería disparar a 35 centímetros.
Por otra parte, concluyó que la pistola usada fue robada.
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