Mariano Bella, director de la oficina de estudios de la Confederación General Italiana de Empresas (Confcommercio), señaló en declaraciones divulgadas este jueves por medios de prensa locales que se prevé una fuerte desaceleración del consumo en la segunda mitad de 2022.
Bella dio a conocer un informe de esa entidad según el cual el tercer trimestre del presente año podría marcar un decrecimiento del 0,8 por ciento respecto al anterior, aunque sería superior en 1,1 por ciento en relación con igual período de 2021.
Este año podría cerrar con una inflación promedio de 7.5 por ciento y se estima que en septiembre los precios al consumidor volverán a subir, con un aumento del 9,2 por ciento anual, superior al registrado en agosto, del 8,4 por ciento, apuntó la fuente
En los primeros siete meses de 2022, precisó, la inflación neta de energía fue del 2,8 por ciento y “no se descargó del todo sobre los precios, habiéndose retenido parcialmente en los márgenes de las empresas”.
Por tal razón “los indicadores de rentabilidad de las empresas se han desplomado literalmente en los últimos trimestres”, agregó el especialista.
A ese criterio se añade el de la agencia de calificación Fitch, la cual en su nuevo Análisis Económico Global, aprecia negativas perspectivas para Italia, vaticina una recesión en 2023.
Fitch recorta un 2,6 por ciento las previsiones de crecimiento de la economía italiana para 2023 y las sitúa en -0,7 por ciento.
Carlo Sangalli, presidente de Confcommercio, manifestó que “la imparable energía costosa hace que los riesgos de recesión sean más concretos”.
“Es por ello que, de conjunto con Europa, se deben implementar intervenciones estructurales con la máxima urgencia para superar la emergencia energética, contener la inflación y evitar el peligro de recesión”, añadió Sangalli.
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