“Las armas y la cárcel son las grandes explicaciones de las modalidades de homicidios que hoy tenemos”, dijo el fiscal Carlos Negro en comparecncia televisiva.
A su vez su colega Mirta Morales declaró al diario El Observador que la sociedad uruguaya “está armada hasta los dientes”.
La mayor proliferación de armamento va acompañada por el aumento de la incautación por parte de las fuerzas de seguridad. Según la Policía Científica el récord de ocupaciones ocurrió hace dos años cuando fueron periciadas tres mil 988 armas.
En esa fecha la mayoría de las ocupaciones tuvieron lugar en los departamentos de Montevideo, Maldonado y Canelones, con mayores tasas de criminalidad y densidad poblacional.
También en Rivera, que por su cercanía a la frontera con Brasil resulta terreno fértil para el asentamiento de bandas del crimen organizado.
“Ahora todo el mundo tiene armas y eso hace que cualquier problema que antes se resolvía de otra manera, hoy se resuelve mediante el homicidio”, apuntó la fiscal especializada Adriana Edelman a Radio Carve.
La experta añadió que ese incremento del delito y la agresividad están muy vinculados al tráfico de drogas e instrumentos de muerte.
Fuentes del Ministerio del Interior aducen que la mayoría del armamento ingresa por las fronteras terrestres.
A su vez el fiscal Negro advirtió sobre un cambio cualitativo en su utilización. Se pasó de utilizar los revólveres o armas más rudimentarias, a armas automáticas o semiautomáticas, comparables a una metralleta, expresó.
“Eso hace que el delincuente pueda disparar 20 o 30 proyectiles con un solo jalado del disparador». Eso es una cuestión de disponibilidad, si la dispone va a tener un daño mucho mayor, indicó.
También hizo hincapié en que su gran proliferación hace que sea muy fácil para las bandas criminales conseguirlas, sobre todo cuando hay un debate en el país sobre los esfuerzos del narcotráfico de utilizar a Uruguay como puerto de exportación a Europa y África.
El fiscal Carlos Morales mostró preocupación por el uso del armamento por jóvenes, que además muestran gran conocimiento para el manejo de tales artefactos de muerte.
Reconoció que hay un gran mercado de armas, sobre todo en los barrios más «calientes» de Montevideo.
Con diversas variaciones en la última década, el uso de arma de fuego en los homicidios se mantiene por encima del 60 por ciento, de acuerdo al Observatorio de Violencia y Criminalidad del Ministerio del Interior.
En agosto de 2014 una ley del gobierno de José Mujica buscó regular la tenencia, porte, comercialización y tráfico de armas y municiones.
Pudo aplicarse recién dos años después, cuando llegó el decreto reglamentario correspondiente. Allí se establecía un plazo de un año para que las personas en situación irregular ingresaran en el marco legal.
Los resultados fueron regulares en los primeros años, pese a una prórroga aprobada en el Parlamento. Pero en 2020 los números se desplomaron, quizás por la situación creada por la pandemia de la Covid-19.
En 2021 hubo récord de armas registradas en Uruguay con más de 12 mil trámites de regularización gracias a un nuevo decreto sobre el tema.
El Servicio de Material y Armamento tiene registradas 606 mil 704 armas de fuego registradas en el país, con una población de alrededor de tres millones 500 mil habitantes.
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