“En tal sentido expresamos nuestra preocupación por el considerable número de conflictos armados que azotan a la humanidad”, afirmó el mandatario.
Arce sostuvo que muchas de esas conflagraciones son promovidas por las trasnacionales de la guerra, pero también por el afán de imponer un orden político y económico mundial, funcional a los intereses del capitalismo.
Subrayó que esos conflictos traen consigo un gran costo humano y, en no pocos casos, más bien la destrucción del patrimonio cultural y medioambiental.
Expresó que indistintamente del origen, naturaleza o explicación geopolítica de las tensiones internacionales, el Estado Plurinacional de Bolivia ha apostado y lo seguirá haciendo por la cultura del diálogo entre las naciones, a través de la diplomacia de los pueblos.
“Pero lastimosamente, observamos el deterioro creciente del sistema multilateral por el capricho de las potencias capitalistas de no resignarse a la existencia de un mundo multipolar y con equilibrio de poder”, enfatizó.
Añadió que el multilateralismo es el único mecanismo que representa una garantía de respeto entre los Estados, independientemente de su poderío económico o militar.
Recordó que los países de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) declararon en 2014 a la región como zona de paz, y se comprometieron a resolver de manera pacífica sus controversias.
“En esa línea propugnamos -reafirmó-, que esta asamblea sea el espacio de un gran acuerdo histórico, un acuerdo en donde prime el diálogo y la diplomacia sobre cualquier controversia y el mundo sea declarado también como zona de paz”.
Agregó que para alcanzar ese objetivo, es de vital importancia, entre varias iniciativas, que las Naciones Unidas trabajen sin descanso para lograr un alto al fuego entre Rusia y Ucrania, para que los derechos históricos del Estado palestino sean respetados y que la OTAN deje de pensar en sus planes expansionistas.
Sustituir la fabricación de armas de destrucción masiva por una justa compensación a los pueblos pobres del mundo fue la segunda iniciativa que expuso ante el foro multilateral.
“Precisamente la falta de diálogo y de medidas de diplomacia preventiva nos arrastró a una era de grandes tensiones a nivel mundial y de crecientes incertidumbre e inestabilidad en la seguridad global”, indicó.
En relación a los tiempos actuales, criticó la concentración de un gran número de armas de destrucción masiva en un pequeño grupo de países que, al negarse a eliminarlas en razón de sus ambiciones geopolíticas, ponen en peligro la paz y la seguridad del planeta.
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