Durante una reunión con representantes y embajadores de la Unión Europea (UE) en el país, Aoun consideró que Líbano necesita una reforma política y soberana, además de cambios estructurales y el fortalecimiento de las instituciones públicas.
El presidente subrayó que continúa la auditoría financiera criminal de las cuentas del Banco de Líbano (Banque du Liban), con la esperanza de presentar el primer informe a fines de este mes.
Al responder a inquietudes de los miembros de la UE, el mandatario libanés enumeró entre las causas del actual colapso el cierre de los cruces hacia el resto del mundo árabe, las manifestaciones populares en 2019, la explosión del puerto de Beirut y el impacto de la Covid-19.
El jefe de Estado denunció la corrupción que asoló el “sistema” que gobernaba en el pasado y los errores permitidos en el manejo del dinero en el Banco Central.
Desde el 29 de junio, el pueblo libanés espera el nombramiento del gabinete ministerial que tendrá un período corto de gestión, pues un nuevo presidente de la República asumirá el mando el 31 de octubre y este tendrá la responsabilidad de conformar otro gobierno.
Líbano reconoce 18 confesiones de fe y el pacto nacional para la independencia de Francia en 1943 estableció que el presidente de la República debe ser cristiano maronita, el primer ministro musulmán sunita y el titular del parlamento chiita, y así sucesivamente con los otros cargos.
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