La orden señala a Jean Madoché Vil como uno de los máximos directivos de la institución religiosa, y el tercero de alto cargo, presuntamente relacionado con el caso.
El escándalo estalló a mediados de julio, cuando funcionarios de aduana confiscaron contenedores que llegaron al puerto capitalino con 20 mil cartuchos de diversos calibres, un centenar de cargadores y una veintena de armas automáticas, supuestamente destinados a la Iglesia Episcopal.
La entidad negó cualquier implicación con el contrabando de estos artefactos y sugirió que redes criminales utilizaban su nombre para cometer sus delitos, sin embargo, poco después fue arrestado el padre Frantz Cole y el contador Jean Gilles Jean Mary.
Antes de su detención, Cole fungía como secretario ejecutivo de la institución, mientras que a Jean Mary se le acusó de firmar varios documentos entre 2017 y 2021 que autorizaban el “apoderamiento” de fondos de la cuenta de la Iglesia a la de un traficante internacional buscado activamente por las autoridades.
A finales de agosto, más de 30 sacerdotes ancianos pidieron la renuncia del comité permanente para permitir a otros miembros del clero y a los laicos facilitar la labor de la Policía Judicial y de la justicia.
El escándalo del tráfico de armas ocurre en un momento de recrudecimiento de la violencia por parte de las pandillas, responsables de cientos de asesinatos y secuestros en lo que va de año.
Organizaciones de derechos humanos denunciaron que la mayoría de las armas que nutren a las bandas llegan desde puertos estadounidenses.
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