Las manifestaciones actuales se dieron en apoyo a los postulados de la República Islámica y en rechazo a las acciones de caos anteriores que durante jornadas previas saldaron la vida de varios uniformados policiales.
Los ciudadanos se congregaron para condenar las sediciones en el país persa tras la muerte, el viernes pasado, de la joven iraní Mahsa Amini, tras permanecer durante varios días en estado de coma.
En las marchas se escucharon consignas como “Nuestra nación está despierta y odia al sedicioso”, así como “Muerte a Estados Unidos”, “Muerte a Israel”, y “Muerte al Reino Unido”.
Los manifestantes condenaron lo que califican como “la injerencia de Occidente en Irán para incitar a alborotos y disturbios en el país que vive protestas” por la muerte de Amini.
Impugnaron las medidas “hostiles” de EEUU, el Reino Unido, el régimen israelí y la prensa al servicio de las potencias hegemónicas, relatan medios locales.
En tanto, el presidente iraní, Seyed Ebrahim Raisi, reiteró desde Nueva York, EEUU, su promesa de investigar minuciosamente las causas de la muerte de Amini.
Raisi al mismo tiempo tachó de inaceptables actos de vandalismo, al explicar la realidad de su país aseguró que “hay libertad de expresión en Irán (…) pero los actos de caos son inaceptables”.
La víspera el Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI) de Irán acusó al sistema de hegemonía y el sionismo de incitar a actos violentos y disturbios en el país.
Los disturbios referidos por el CGRI se suscitaron tras la muerte de la chica que se desplomó mientras se encontraba en un salón de conferencias, según un vídeo captado por las cámaras de vigilancia, donde se le ve desplomarse sin tener contacto con los agentes.
Amini fue conducida a una comisaría en Teherán por la Patrulla de Seguridad Social y Moral de la Policía y debía ser parte del auditorio en una charla sobre el uso adecuado de las prendas femeninas musulmanas.
“Esas protestas, que repudian, se tornaron violentas después de que varios alborotadores, apoyados desde el exterior, incendiaron comisarías, bancos, vehículos, vandalizaron comercios, y dañaron la propiedad pública y privada”, reseña la prensa persa.
Los decididos a marchar en esta jornada también expresaron gratitud a las fuerzas de seguridad, organismo institucional que contabiliza varias bajas de sus miembros por estos disturbios, mientras dieron su vida por mantener la estabilidad en el país.
Las acciones violentas de los últimos días dejaron varios muertos, cifra no precisada oficialmente, entre los que se cuentan agentes de policía y miembros de la Fuerza de la Resistencia Popular (Basich), al igual que manifestantes violentos.
En declaraciones a medios locales las autoridades policiales responsabilizaron de las acciones de caos a grupos armados contrarevolucionarios.
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