En un discurso pronunciado en la 46 Reunión Anual de Ministros de Relaciones Exteriores de dicha organización, el titular de la ONU remarcó cómo a medida que se avanza hacia la mitad del camino en la Agenda 2030, lejos de mejorar, el mundo retrocede.
La pandemia de Covid-19 y una recuperación desigual nos han costado al menos tres años de progreso, mientras los países en desarrollo se ahogan en deudas, sin margen fiscal ni acceso a recursos financieros para invertir en la recuperación, dijo.
Guterres compartió entonces algunas de las directrices que en este contexto resultan vitales para la rehabilitación económica.
La primera de ellas, comunicó, estriba en una acción urgente sobre la deuda para aumentar la liquidez y atenuar la presión sobre las naciones.
Necesitamos, pidió, un mecanismo eficaz para el alivio de los compromisos financieros de los países en desarrollo, incluidos aquellos de medianos ingresos, que están en dificultades.
En segundo lugar, instó a un aumento en la financiación concesional de los bancos multilaterales de desarrollo.
“Precisamos derribar las barreras que impiden a los Estados acceder al capital. Los centros multilaterales de desarrollo deben hacer mucho más para apalancar el financiamiento privado a través de garantías que asuman el riesgo en consorcios, y en muchas otras formas donde los fondos se multipliquen significativamente”, pidió.
El tercer frente, continuó, consiste en la reforma de un sistema financiero global moralmente en bancarrota que, según remarcó, fue creado por los países ricos para beneficio propio, mientras perpetúa la pobreza y las desigualdades.
Precisó que el cuarto de los puntos estriba en una acción urgente sobre el clima.
“Las naciones que menos han hecho para contribuir al calentamiento global son sus mayores víctimas. Los países desarrollados deben cumplir sus promesas y apoyar al resto a medida que se adaptan al empeoramiento de los impactos climáticos”, sentenció.
Las dos últimas directrices a las que se refirió versaron sobre la importancia de retomar la diplomacia, el diálogo y la negociación, así como la urgencia de establecer un camino claro hacia el desarme; y la necesidad de una reforma en la gobernanza global.
Un multilateralismo revitalizado representa una herramienta esencial para el progreso, y una clave indispensable para salvar los Objetivos de Desarrollo Sostenible, afirmó.
El Grupo de los 77 y China, cuya presidencia ostenta Cuba hasta el año venidero, constituye un importante bloque dentro de Naciones Unidas del que son miembros más de dos tercios de los países de la organización internacional.
oda/ifs