La esencia de ese conflicto hay que buscarla 30 años atrás cuando culminó la Guerra Fría y Estados Unidos y sus aliados se declararon vencedores, destacó este sábado Makei al intervenir en la 77 sesión de la Asamblea General de la ONU. Los políticos occidentales decidieron entonces aplastar a los que habían sido sus contrincantes, no cumplieron con lo prometido y atentaron contra la seguridad de Rusia y Belarús, precisó el canciller.
Ellos no comprenden que las relaciones internacionales no giran en torno a un único centro de poder, la historia del mundo no tiene fin, el mundo es una estructura demasiado complicada como para reducirlo a la democracia y la autocracia, señaló Makei.
Occidente, que dominó el mundo durante cinco siglos, quiere que todo se mantenga igual, es decir un mundo unilateral con un poder central, y eso ya está cambiando y no lo quieren admitir, puntualizó el canciller belaruso.
Entonces, agregó Makei, acuden a las sanciones con el objetivo de lograr un cambio de poder a través de protestas por los alimentos, pero ese cálculo ha fracasado porque muchos países no se han sumado a los embargos.
E incluso han tenido un efecto boomerang porque los han afectado a ellos más que a los sancionados que han desarrollado sus posibilidades internas, de la misma manera que lo ha hecho Cuba que ha sobrevivido seis décadas de ilegal bloqueo.
En su afán de dominio esos políticos han roto la histórica alianza de los tres pueblos eslavos de la antigua Unión Soviética y han lanzado al ejército ucraniano a exterminar a los que viven en el Donbass por el solo hecho de querer hablar su lengua materna.
Estas acciones la están pagando los hermanos ucranianos con su sangre porque los líderes nacionalistas le inculcan la posibilidad de una victoria militar, precisó el canciller de Belarús en su intervención en la sesión de la Asamblea General de la ONU.
La realidad es que un alto al fuego y la paz solo se pueden conseguir en la mesa de negociaciones, no hay alternativas, concluyó Makei.
rgh/gfa