En su intervención, Sharif pidió justicia para las naciones en desarrollo que tienen poca responsabilidad con el calentamiento global y pidió ayuda internacional para enfrentar la enorme devastación que dejaron las intensas lluvias provocadas por el calentamiento global.
Al describir la magnitud de la catástrofe climática que sumergió un tercio del país bajo el agua, Sharif señaló que 40 días y 40 noches de una inundación bíblica destrozó los récords meteorológicos y desafió todo lo que se sabía sobre el desastre y cómo gestionarlo.
Actualmente, enormes franjas de Pakistán siguen bajo el agua y 33 millones de personas, entre ellas mujeres y niños, corren un alto riesgo sanitario, mientras 650 mil gestantes podrían dar a luz en lugares improvisados.
Más de mil 500 personas murieron en la gran inundación, entre ellas más de 400 niños, y muchas más están en peligro de padecer enfermedades y desnutrición.
Millones de personas desplazadas por las aguas siguen en busca de tierra firme con pérdidas desgarradoras para sus familias, su futuro y sus medios de vida, acotó.
También, un millón de casas quedaron destruidas y otro millón resultaron dañadas por las consecuencias de los aguaceros, más de 13 mil kilómetros de carreteras asfaltadas fueron dañadas, más de 370 puentes están arrasados, dijo el gobernante pakistaní al detallar otras estimaciones de pérdidas.
«Nuestros glaciares se están derritiendo rápidamente, los bosques arden y las olas de calor superan los 53 grados centígrados, convirtiéndonos en el lugar más caluroso del planeta», alertó Sharif.
Al hablar de la situación regional, el primer ministro Sharif dijo que Pakistán busca la paz con todos sus vecinos, incluida India, y apuntó que la paz y la estabilidad sostenibles en el sur de Asia dependen de una solución justa y duradera al conflicto de Jammu y Cachemira, de mayoría musulmana.
Señaló que 30 millones de personas en Afganistán se quedaron sin una economía funcional y un sistema bancario que les permita ganarse la vida para construir un futuro mejor y recalcó que aislar al gobierno provisional de ése país agravará el sufrimiento del pueblo, que está en la miseria.
Instó a la comunidad internacional a responder al llamado de la ONU de cuatro mil 200 millones de dólares en ayuda humanitaria y económica para Afganistán y liberar sus reservas financieras.
En su discurso, Sharif indicó que en las dos últimas décadas sufrió más de 80 mil víctimas de terrorismo y más de 150 mil millones de dólares en pérdidas económicas por este flagelo y a su vez pidió a la ONU tomar medidas concretas contra la islamofobia.
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