Durante la rueda de prensa de los lunes, el dirigente político recordó la histórica animadversión con el gigante sudamericano, inducida desde las academias militares.
Allí “nos enseñaban el arte de la guerra y la hipótesis verde era Brasil” y nos daban instrucciones de como este país era enemigo de Venezuela, recordó.
Cabelló señaló que eso era una doctrina impartida en las escuelas y partía de la hipótesis de Estados Unidos de que en una eventual guerra contra ellos sus aliados tenían que asumirla.
Finalizó, dijo, cuando llegó el comandante (Hugo) Chávez, quien manifestó que el gran gigante brasileño era nuestro vecino.
Señaló que las buenas relaciones entre Venezuela y Brasil no fueron posible hasta la llegada de Lula a la presidencia de la República y fue cuando las “cosas cambiaron totalmente” con la instauración de un programa de cooperación en todos los ámbitos.
El dirigente político manifestó que eso se mantuvo con la presidenta Dilma Rousseff y después comenzaron los ataques ilegales de la derecha brasileña contra ella y Lula.
Con la llegada de Michel Temer, apuntó, llegó la derecha a gobernar y comenzó a deteriorarse las relaciones.
Después llegó la extrema derecha con (Jair) Bolsonaro y llegamos al peor de los momentos e inclusive, reveló, hubo la intención de agredir a Venezuela desde Brasil a través de una instrucción de Washington que “paró el Ejército brasileño”.
Oficiales del Ejército brasileño se opusieron a eso y uno pudiera pensar que a partir de allí, cualquiera que venga distinto a Bolsonaro tiene que ser mejor, “pero no es cualquiera es Lula da Silva”, reflexionó.
Añadió que se trata de un compañero con una gran cercanía a Venezuela y nos “alegramos muchísimo de que gane” y si es en la primera vuelta mejor, acotó.
El primer vicepresidente del PSUV expresó que ese es un tema de los brasileños porque “nosotros respetamos los resultados” que el organismo electoral de ese país ofrezca, de acuerdo con la voluntad del pueblo.
Si nos acogemos a lo que dicen las encuestas, comentó, pareciera que en un futuro muy cercano las relaciones van a mejorar como en los buenos tiempos del comandante Chávez y del presidente Lula da Silva.
Apuntó que la toma de posesión del ganador será el 1 de enero, por lo que si gana Lula, los vínculos bilaterales serán distintos en 2023.
Cabello deseó finalmente que las elecciones transcurran en paz, que no haya injerencia de parte de “ningún elemento extraño” y se respete la voluntad del pueblo.
oda/jcd
