Durante el encuentro, a propósito de conmemorarse esta jornada el Día Internacional para la Eliminación Total de las Armas Nucleares, se volverán a reiterar los llamados para suprimir ese tipo de armas de destrucción masiva.
Naciones Unidas, en la voz de su secretario general António Guterres, repetidamente insiste en la necesidad de la desnuclearización, sobre todo ante la escalada de los conflictos bélicos que se desarrollan en el planeta en la actualidad.
La humanidad está a «un malentendido, a un error de cálculo de la aniquilación», advirtió recientemente el titular al estimar que este riesgo «no se veía desde el apogeo de la Guerra Fría».
«Hemos tenido una suerte extraordinaria hasta ahora. Pero la suerte no es una estrategia ni un escudo para impedir que las tensiones geopolíticas degeneren en conflicto nuclear», dijo Guterres en agosto pasado, durante la apertura de la conferencia de los 191 países firmantes del Acuerdo de No proliferación Nuclear.
Cerca de 13 mil de este tipo de dispositivos están almacenados en arsenales del mundo, en un momento en que los riesgos de proliferación aumentan y las salvaguardas para prevenir las escaladas se debilitan, recordó. «Eliminar las armas nucleares es la única garantía de que nunca se utilizarán», pidió, e instó además a crear nuevos compromisos para reducir dichos artefactos.
Días más tarde, en la ciudad japonesa de Hiroshima, que vivió en carne propia los impactos de una bomba atómica, solicitó a los actuales líderes sacar para siempre la opción nuclear de la mesa.
“Es hora de hacer proliferar la paz”, aseveró.
La primera resolución de la Asamblea General de la ONU sobre el desarme para este tipo de armamento fue emitida en 1946.
Siete décadas más tarde, el 7 de julio de 2017, se adoptó el Tratado de Prohibición de las Armas Nucleares, un importante avance para la consecución de un mundo sin armas de destrucción masiva.
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