Bajo el lema “La seguridad de los banqueros es una línea roja”, la autoridad calificó de inaceptable los asaltos a sus oficinas por parte de los depositantes, quienes recurrieron a la amenaza para intentar recuperar los fondos congelados debido al agravamiento de las condiciones de vida.
Los delegados destacaron que el manejo oficial de la crisis de los depósitos arrastró a los libaneses a perder la confianza en su sector y acudir al Estado para acelerar la adopción de leyes que regulen la relación entre bancos y sus clientes.
Mediante una declaración, el Consejo Ejecutivo acordó dar seguimiento a los trámites que permitan frenar las amenazas publicadas en redes sociales de asaltar bancos por la fuerza de las armas.
Puntualizaron la urgencia de autorizar al Consejo Ejecutivo para tomar la decisión que corresponda ante cualquier operación que atente contra la seguridad de los compañeros en sus lugares de trabajo.
La convocatoria de la Federación de Sindicatos sucede después de presenciar más de una decena de allanamientos a oficinas bancarias en las primeras dos semanas del actual mes.
De acuerdo con economistas, durante más de dos años y medio, los bancos de Líbano impusieron restricciones sobre el dinero de los depositantes en moneda extranjera, especialmente el dólar estadounidense y establecieron estrictos límites para retirar sus fondos en libras libanesas.
En la percepción general de los pobladores, el gobernador del Banco Central de Líbano, Riad Salameh, figura como uno de los principales responsables de hundir al país a su peor escenario en la época moderna.
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