Un informe del BdeM menciona como consecuencia una inflación que no deja de presionar las tasas al alza.
En su comunicado de política monetaria, el banco central destacó que las expectativas correspondientes para 2022 y 2023 volvieron a incrementarse, además de que prevé que el ritmo de crecimiento de la actividad económica en el tercer trimestre de 2022 se desacelere respecto del crecimiento en la primera mitad del año.
Señala que las presiones inflacionarias acumuladas derivadas de la pandemia y del conflicto bélico en Ucrania continúan afectando a las inflaciones general y subyacente.
En la primera quincena de septiembre registraron tasas anuales de 8,76 y 8,27 por ciento, respectivamente, manteniéndose en niveles no observados en dos décadas, apuntó.
Ante tales choques inflacionarios de una magnitud mayor a la anticipada y la perspectiva de que sus efectos tomen más tiempo en desvanecerse, los pronósticos del BdeM para la inflación general y la subyacente se revisaron al alza en su totalidad.
Aclara que, en este entorno más complejo, se anticipa que la inflación converja a la meta de 3,0 por ciento en el tercer trimestre de 2024.
Resaltó que persisten riesgos al alza para la inflación, como por ejemplo: persistencia de la subyacente en niveles elevados, presiones externas derivadas de la pandemia, mayores presiones en los precios agropecuarios y energéticos por el conflicto geopolítico, depreciación cambiaria y presiones de costos.
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