El periódico aseguró este lunes que tuvo acceso a una carta en la que la entidad independiente alertaba de la existencia de un “riesgo significativo” de que ocurran problemas con los suministros.
Para preservar las reservas, agrega la publicación, se les pediría a los grandes consumidores, entre ellos las centrales eléctricas, que dejen de usar gas de forma temporal para garantizar las entregas al sector residencial por el mayor tiempo posible.
Otras medidas incluirían la suspensión de las exportaciones del combustible a otros países europeos a través de los gasoductos submarinos.
Según trascendió, el Gobierno y la Red Energética Nacional, que tiene previsto publicar su reporte valorativo para el invierno, están haciendo pruebas para el caso de que se produzca un déficit de gas en los próximos meses.
El mercado energético británico depende en gran medida de las importaciones de gas y electricidad desde la Unión Europea y Noruega para suplir la escasez, pero ambos podrían verse en la misma situación que el Reino Unido, tras la suspensión indefinida del funcionamiento del gasoducto Nord Stream 1, anunciada por la corporación rusa Gazprom el pasado 2 de septiembre.
A ello se suman la advertencia de Noruega de que limitaría sus exportaciones de electricidad si los niveles de agua en sus hidroeléctricas se mantienen bajos, y la noticia de que Francia también podría verse obligada a importar energía debido a problemas técnicos en varios de sus reactores nucleares.
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