Este referéndum es un elemento crucial de la democracia participativa que tanto apreciamos, pues muestra a todos los que la desafían que nuestro pueblo tiene plena libertad para ejercer sus derechos democráticos, afirmó.
De acuerdo con Cueto, en la mayoría de los países del mundo, se contentarían con aprobar una legislación similar en el Parlamento, pero en Cuba, por la importancia que revierte el código, la decisión final fue del pueblo.
El Código de las Familias aprobado es un documento innovador que toma en cuenta las necesidades de las familias cubanas y dibuja una proyección para el futuro, ratificó al diario la jefa de la citada misión diplomática en esta capital.
Según ella, es un documento que busca la armonía y responde a la realidad social contemporánea en Cuba, pues cumple con los cambios generacionales y sociales, con las normas legales y es profundamente humano.
La nueva legislación sigue la justicia social, elimina toda posibilidad de discriminación, regula el respeto a los derechos de todas las personas; respeta tanto la diversidad como la unidad de la sociedad cubana, aseveró la embajadora, citada por Barricada.
El nuevo Código de las Familias entró en vigor a finales de septiembre, tras ser aprobado en julio pasado por la Asamblea Nacional y refrendado con el 66,8 por ciento de los votos válidos de los participantes en una consulta popular.
La legislación sustituye a la que estaba vigente desde 1975, y da continuidad a los derechos contenidos en la Constitución de 2019 y a los tratados internacionales de los que el país caribeño es parte.
Además de legalizar el matrimonio igualitario, el texto introduce novedosos conceptos en el ámbito del derecho familiar en Cuba, entre ellos la responsabilidad parental, la autonomía progresiva, la gestación subrogada sin fines de lucro, y otros derechos que favorecen a los niños, ancianos y discapacitados.
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