En su primer discurso público desde que asumió el cargo el 6 de septiembre pasado, la Braverman afirmó que todo el que entre a territorio británico de forma irregular será regresado de forma expedita a su país de origen, o trasladado al país africano.
Tenemos que detener los cruces a través del canal. Esto ha ido demasiado lejos, aseveró la funcionaria ante los delegados al congreso anual del gobernante Partido Conservador que tiene lugar en la ciudad inglesa de Birmingham.
Braverman admitió, no obstante, que no existe una fórmula preconcebida para poner fin al flujo constante de personas que casi a diario se aventuran a cruzar el estrecho que separa a la Francia de Inglaterra a bordo de botes de goma y otras embarcaciones endebles.
El problema es crónico, y las bandas del crimen organizado les venden una mentira a miles de personas, agregó la ministra, tras señalar que muchos de esos individuos mueren ahogados en el intento.
El plan de deportar a los migrantes irregulares a Ruanda data del mandato de la predecesora de Braverman, Priti Patel, pero la intervención de abogados locales y de la Corte Europea de Derechos Humanos impidió hasta el momento el despegue del primer vuelo de deportados hacia Kigali.
Al respecto, la flamante ministra del Interior, quien apuntó que muchas de las personas que llegan al Reino Unido proceden de países seguros como Albania, prometió retomar el control de la justicia británica para proceder con las deportaciones.
Los laboristas intentarán detenernos, los liberales demócratas van a volverse locos, y el (periódico) The Guardian colapsará, y no me hagan hablar de los abogados, remarcó.
Según cifras extraoficiales, más de 30 mil personas llegaron al Reino Unido a través del canal de La Mancha en lo que va de 2022, comparado con los poco más de 28 mil que hicieron la peligrosa travesía el año pasado.
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