De acuerdo con apuntes históricos, no sólo fue un logro importante, sino un hito en el acontecer de la desaparecida nación euroasiática en la exploración del espacio.
El satélite era una esfera de aluminio de 58 centímetros de diámetro que llevaba cuatro largas y finas antenas.
Tenía una masa aproximada de 83,6 kilogramos, contaba con dos transmisores de radio y orbitó la Tierra a una distancia de entre 938 kilómetros en su apogeo y 214 kilómetros en su perigeo.
La nave obtuvo información perteneciente a la densidad de las capas altas de la atmósfera y la propagación de ondas de radio en la ionosfera.
Los transmisores funcionaron durante tres semanas, hasta que fallaron las baterías químicas de a bordo,
La órbita del entonces satélite inactivo fue observada ópticamente hasta caer después de haber completado alrededor de mil 400 órbitas a la Tierra, acumulando una distancia de viaje, de aproximadamente unos 70 millones de kilómetros.
Esta fue lanzada desde el cosmódromo de Baikonur, actual Kazajistán, y fue utilizado un misil intercontinental militar modificado R-7 para ponerlo en órbita
Su misión era científica y experimental, pero aun así –recuerdan diversas fuentes- al comienzo originó temores en los países occidentales.
Dos años más tarde, su segunda versión, Sputnik 2, llevaría por primera vez al espacio un animal, la famosa perra Laika.
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