Soto expresó su esperanza de sellar un acuerdo en el mes de octubre, lo cual es necesario para que el servicio electoral pueda organizar el próximo referendo; mientras Elizalde dijo que aún están lejos de un consenso, si bien se acercaron las posiciones esta semana.
Para el titular de la cámara baja es necesario aumentar la intensidad de las conversaciones a fin de evitar que este esfuerzo se diluya.
Declaró que hay un consenso amplio, transversal y categórico respecto a la necesidad de mantener el voto obligatorio tanto para la constituyente, como para futuros eventos electorales.
La próxima semana los partidos representados en el parlamento continuarán las negociaciones respecto a las bases constitucionales, el plebiscito para su aprobación y el rol de los expertos en este proceso.
El Congreso asumió las riendas de la constituyente tras el rechazo en el plebiscito del 4 de septiembre de un proyecto de carta magna elaborado por una convención paritaria y elegida por voto popular, que buscaba reemplazar la ley fundamental vigente desde la dictadura (1973-1990).
Pero dentro del parlamento existen diferencias entre los partidos políticos y hay denuncias de la intención de la derecha de secuestrar el proceso.
Esta semana algunos miembros del Partido de la Gente, Republicanos, Independientes y de la Democracia Cristiana decidieron crear una mesa paralela, tras alegar una supuesta exclusión del debate.
Mientras, el ultraderechista Partido Republicano anunció su abandono de la mesa de negociaciones debido a su desacuerdo con la creación de una Convención Constitucional encargada de redactar la carta magna.
Esa agrupación política defiende la ley fundamental de 1980 y en el plebiscito del 4 de septiembre encabezó la opción del Rechazo.
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