Es parte de los elogios que le dedican hoy aquí al violinista, compositor y director holandés, virtuoso en lo suyo, pero también en la comunicación con un público uruguayo que no dejó de ovacionarlo.
Fue el primero de dos conciertos, que este domingo será el último, en el que la euforia compartió un festival ligero de clásicos y melodías populares, refiere el diario El País.
El repertorio resultó variado e incluyó arias de Puccini y Verdi, tonadas populares; canciones alemanas de los años 20 del pasado siglo; valses austríacos con nieve cayendo desde el techo del Antel Arena; hasta clasicos del pop y el Danubio Azul que disfrutó con mucho la platea.
La Johann Strauss sonó ajustada y en el espectáculo Rieu tuvo a los Platin Tenors, un trío de sopranos y los Comedian Harmonists, quinteto berlinés de cancionero de la República de Weimar.
Fue una fiesta de la música, que promete repetirse esta noche.
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