El jefe de la administración del municipio de Uthai Sawan, Danaichok Boonsom, comunicó a la prensa que presentó su informe sobre el incidente, donde alega una entrada no autorizada a una propiedad del Estado y que la policía estaba investigando.
La matanza ocurrida el pasado jueves en una guardería de la localidad Uthai Sawan, provincia de Nong Bua Lamphu, en el noreste del país, se considera el mayor crimen que ha tenido lugar en una institución escolar, tras la muerte de 22 infantes, y de 37 personas en total.
Las autoridades comenzaron la indagación sobre el incidente después de que un reportero tailandés publicara una imagen en las redes sociales de dos miembros del equipo de la CNN que abandonaban la escena, uno trepando por el muro bajo y la cerca alrededor del complejo, sobre la cinta policial, y el otro ya afuera.
La cadena tuiteó que el equipo ingresó a la instalación cuando se retiró el cordón policial del centro, y tres funcionarios de salud pública que salían del edificio los autorizaron a filmar adentro.
El tuit respondía a las críticas del Club de Corresponsales Extranjeros de Tailandia, que aseguró estar consternado por la cobertura de CNN y su decisión de rodar la escena del ataque.
En un comunicado posterior, el vicepresidente ejecutivo y director general de CNN International, Mike McCarthy, reiteró que sus periodistas habían pedido permiso para entrar en el edificio, pero el equipo “comprende ahora que estos funcionarios no estaban autorizados a conceder esta autorización” y que “nunca fue su intención romper ninguna norma”.
CNN dejó de emitir el reporte y eliminó el video de su sitio web, añadió.
Las visas de turista de los dos periodistas fueron revocadas, indicó el subdirector de policía nacional, Surachate Hakparn. Ambos fueron detenidos hasta ser expulsados del país, agregó.
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