Estrenada en el Teatro de Ópera del Jedive en El Cairo el 24 de diciembre de 1871, se trata de una de las obras emblemáticas de Giuseppe Verdi, quien insatisfecho por la asistencia sólo de dignatarios, políticos y figuras de la crítica, decidió hacer una segunda premier, pero en Europa, en la Scala de Milán en febrero de 1872.
Verdi es uno de los compositores favoritos de los madrileños, sobre todo por Aída, cuyo texto en italiano fue escrito por Antonio Ghislanzoni, basado en la versión francesa de Camille du Locle de la historia propuesta por el egiptólogo francés Auguste Mariette.
La producción del Teatro Real está a cargo de Hugo de Ana para la inauguración de la segunda temporada de la renovada instalación, que en octubre de 1998, que desvelaba al público las enormes dimensiones y las excepcionales capacidades técnicas de su flamante escenario.
Aída, princesa etíope capturada y llevada a Egipto como esclava, despierta el amor de Radamés, quien, en medio de su conflicto de lealtad al Faraón, descubre que Amneris, la hija del rey egipcio está enamorada de él.
Triángulo amoroso que destaca como sello de Verdi (1813-1901) y que durante más de 25 años se granjeó las ovaciones de un apasionado público del conocido teatro madrileño.
Con Aída, ya sexagenario y con 25 óperas en su haber, el autor italiano parecía culminar una carrera que luego duraría hasta los 80 años.
Se trataba de una partitura muy efusiva, pero también honda e intimista, en la que afloran además el trasfondo político y social, la prepotencia de los dictadores, la humillación de los oprimidos, los sentimientos paterno-filiales, los celos, o los amores prohibidos.
Una obra de gran complejidad para su puesta en escena, en la cual Hugo de Ana, como explicó a los medios, opta por una producción de fuerte poder simbólico, dominada por una colosal pirámide que sugiere la magnificencia del poder político y religioso y también el triángulo amoroso que vertebra el drama.
Tres repartos se alternarán en la interpretación de los papeles protagonistas de Aída, con las sopranos Krassimira Stoyanova, Maria Agresta, Roberta Mantegna y Anna Netrebko (Aída); las mezzosopranos Jamie Barton, Sonia Ganassi y Ketevan Kemoklidze (Amneris).
Los tenores Piotr Beczala, Yusif Eyvazov y Jorge de León (Radamés); los barítonos Carlos Álvarez, Artur Ruciński y Gevorg Hakobyan (Amonasro) y los bajos Alexander Vinogradov; Jongmin Park y Simón Orfila (Ramfis); las sopranos Jaquelina Livieri y Marta Bauzá (La gran sacerdotisa) y el tenor Fabián Lara (Un mensajero).
Con casi 300 artistas ─entre solistas, coro, bailarines, actores y orquesta─ y una escenografía ya histórica, Aída traerá al escenario del Real a grandísimos intérpretes, capaces de dar a la obra de Verdi su verdadera dimensión universal, de acuerdo con los organizadores de la temporada.
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