El informe presentado por el presidente de esa entidad, Davide Tabarelli, divulgado este martes en el sitio digital del diario L´Eco di Bergamo, señala que aumentó el empleo de ese recurso en este país debido a la reducción del suministro de gas ruso y el incremento de su precio.
“Las energías renovables tenían que salvarnos, pero a pesar de décadas de incentivos sin precedentes con enormes fondos públicos, la producción de energía a partir de fuentes alternativas es insignificante y sin el gas de Rusia volvimos al carbón”, apunta la fuente.
El análisis de Nomisma, empresa de investigación independiente en los campos de la energía y el medio ambiente, apunta que cuando el gobierno italiano lanzó su plan para reducir el consumo de gas y elevar su almacenamiento, se decidió aumentar el empleo del carbón.
Italia cuenta con seis plantas carboníferas, cuatro de ellas de la compañía energética Enel, ubicadas en Fusina, Brindisi, Civitavecchia y Portovesme, mientras que la empresa A2A Energia cuenta con una, en Messina, y la sexta se localiza en Fiume Santo y es controlada por EP Produzione.
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