El economista jefe del Fondo Monetario Internacional (FMI), Pierre Olivier Gourinchas, dijo que en el siguiente año los consumidores experimentarán en territorio estadounidense un efecto de la desaceleración de la actividad económica, algo que sin duda impactará acá en esta nación centroamericana.
“En resumen, lo peor está por venir, y para muchas personas 2023 se sentirá como una recesión”, dijo.
Gourinchas apuntó que hay un 25 por ciento de probabilidad de que el crecimiento global para el próximo año sea de alrededor del dos por ciento, mientras que hay un 10-15 por ciento de probabilidad de que el crecimiento de la producción esté por debajo del uno por ciento.
El PIB de los salvadoreños solo crecerá un 2,6 por ciento este año luego de registrar un notorio 10,3 por ciento en 2021, e incluso el organismo crediticio lo sitúa por debajo del 2,8 por ciento previsto por el Banco Central de Reserva (BCR).
El FMI advirtió que la economía salvadoreña crecerá solo 1.7 por ciento en 2023 y que se sentirá como un año de recesión pese a los esfuerzos del gobierno del presidente Nayib Bukele se mostrar un panorama más alentador.
Una recesión profunda en la nación norteña tendrá efectos en la economía salvadoreña, que ya enfrenta una desaceleración de su actividad como muestran estadísticas del BCR.
Es difícil para el país escapar de esa complejidad cuando las mayores economías del mundo se acercan o ya sufren a una contracción de su actividad económica en el primer semestre del 2022 como consecuencia de la inflación y la guerra en Ucrania, que sigue marcando pauta en los mercados mundiales.
Aunque Washington trata de alejarse del fantasma recesivo, y el presidente Joe Biden lanza un mensaje optimista, “no creo que haya una recesión” y si la hay será “muy ligera”, el Fondo rebajó su pronóstico para la primera economía del mundo de un 2.3 por ciento previsto en junio a solo un 1.6 por ciento en 2022, pero 2023 podría ser todavía peor a un por ciento.
Ante esta perspectiva para la nación de donde vienen más de seis mil millones anuales en remesas, es de imaginar un escenario sombrío para el llamado Pulgarcito de las Américas.
Según el economista Ricardo Castaneda, economista del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (Icefi), citado por el diario El Mundo, “estas son estimaciones, pero hay más temores que se cumplan” cuando factores internos y externos formarán un caldo de crisis.
En ese escenario influirán sin dudas las afectaciones en las remesas, exportaciones e inversión extranjera ya en decadencia en este país de volcanes.
Esto es más complicado pues con la recesión cae la demanda y el mercado del norte es el principal comprador de los productos y servicios salvadoreños.
No es lo mismo enfrentar una situación mundial con una situación financiera mejor, que enfrentar recesión con una posición delicada como la que tiene El Salvador, opinan expertos al predecir los oscuros nubarrones que están por venir.
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