«Vamos a regular. La mujer con el mismo servicio que el hombre tiene que ganar igual salario y no recibir menos», afirmó el abanderado presidencial del Partido de los Trabajadores (PT) durante un mitin electoral en Aracaju, capital del estado de Sergipe (nordeste).
Insistió en «tratar a la mujer con respeto, porque se acabó el milenio en que era tratada como objeto de cama y mesa», tras participar de una caminata que llenó la Avenida Barão de Maruim rumbo a la Plaza de los Tres Poderes.
Junto al senador Rogério Carvalho, quien disputa el gobierno estadual por el PT, Lula señaló que la mujer debe ser sujeto de la historia y hacer lo que quiera. «Ella puede, ella tiene libertad, ella tiene inteligencia», defendió y recordó políticas de protección creadas en su gobierno (2003-2010), como la Ley Maria da Penha, para combatir la violencia.
El exsindicalista enumeró varios logros de las administraciones del PT, como el cambio en el perfil de los estudiantes de las universidades, que antes era mayoritariamente blanco y ahora tiene más de 50 por ciento de negros y pardos, gracias a las políticas inclusivas que llevó a jóvenes de las periferias a universidades públicas y privadas.
Lula prometió que, de ganar la segunda vuelta de las elecciones del 30 de octubre, en un nuevo gobierno habrá más universidades, escuelas técnicas, construcción de vivienda por Mi Casa, Mi Vida y otras inversiones en el nordeste.
Teniendo en cuenta su agenda de recorrido por la región, el exdirigente obrero también estará en la jornada en Maceió, capital del estado de Alagoas, y mañana en Recife para encabezar otra marcha junto a la diputada federal Marília Arraes (partido Solidaridad), candidata al gobierno de la división territorial de Pernambuco.
La víspera, Lula reconoció en Salvador, capital del estado de Bahía (nordeste), que buscará el voto de los indecisos para ganar la próxima consulta ante las urnas contra el mandatario de tendencia ultraderechista Jair Bolsonaro.
«Si alguien tiene dudas todavía, si por casualidad no votó (en la primera ronda del 2 de octubre), no hizo la biometría derecha, puede hacerla. Lulinha (en referencia a su persona) está loco para tener un voto más», afirmó.
La Justicia Electoral confirmó que el expresidente ganó la primera vuelta, con un 48,43 por ciento de los votos, frente a Bolsonaro, quien ambiciona reelegirse por el Partido Liberal y alcanzó un 43,20.
Ninguno de los aspirantes al poder logró en ese primer turno la mayoría absoluta de votos, es decir, más de la mitad de los válidos (excluidos blancos y nulos), como establece el código brasileño para ser electo.
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