Durante su visita de trabajo a la región de Antofagasta, el gobernante defendió su estrategia de negociar cartas laterales (side letters, en inglés) con otros miembros del pacto para modificar el cuestionado mecanismo de resolución de controversias.
Tal y como está redactado el documento, una empresa transnacional podría acusar a un Estado ante un tribunal especial, si a su juicio este obstruye sus negocios y la posibilidad de obtener ganancias dentro de ese territorio, lo que lesiona la soberanía nacional.
Ese tipo de procedimiento es cuestionado no solo por Chile, sino por la comunidad internacional, en particular la Unión Europea, porque pone límites a la capacidad regulatoria de un país, dijo Boric.
Agregó que como presidente tiene el deber de hacer respetar la soberanía nacional y el derecho a una estrategia de desarrollo.
Por esa razón, explicó, se están negociando las cartas laterales con un grupo de países, entre ellos México, Nueva Zelanda, Brunei y Australia, antes de ratificar el TPP-11 y depositar los protocolos correspondientes.
No existe, explicó, un enfrentamiento de poderes y agregó que se va a respetar y cumplir la voluntad expresada en las cámaras del Congreso “independientemente de nuestras preferencias al respecto”.
También cuestionó las insinuaciones de algunos grupos en el organismo legislativo de condicionar la aprobación de la reforma tributaria y el Presupuesto del Estado para 2023, a la ratificación del TPP-11.
“Yo lo que esperaría es que no nos enfrasquemos en polémicas sobre quién grita más fuerte, quién amenaza con más radicalidad al otro, porque así solamente nos vamos a terminar dividiendo más”, recalcó el presidente.
jcm/car/eam