Henry reiteró su compromiso de equipar mejor a las fuerzas del orden en su lucha contra el bandolerismo, con vistas a restablecer el orden y la paz en el país.
La víspera arribaron cuatro vehículos blindados comprados por el Gobierno haitiano a una empresa canadiense después de meses de espera.
Se prevé que en el transcurso de esta semana lleguen otra docena de carros, además de materiales que apoyarán los esfuerzos de la Policía para combatir la ola de violencia generada por los grupos armados desde hace meses y cuyos enfrentamientos provocaron la muerte de cientos de personas este año.
De hecho, la federación de bandas G-9 mantiene bloqueada la distribución de los combustibles desde hace un mes, poniendo en riesgo el funcionamiento de hospitales y servicios vitales como la generación de energía o potabilización del agua.
Esta semana, líderes de las pandillas reclamaron amnistía, participación en el Gobierno y revocación de las órdenes de búsqueda en su contra, como condición para permitir el acceso a los hidrocarburos.
Además de los combustibles, la salida sur de la capital está controlada por las bandas desde hace un año y medio y en junio ocuparon la sede judicial de la capital donde se ubica el Tribunal de Primera Instancia y la Fiscalía.
La Policía admitió en varias ocasiones su incapacidad para contener a los grupos armados por falta de equipamiento y preparación, mientras las pandillas aumentaron el control en parte de las zonas norte y sur de la capital.
Ante este escenario, el Gobierno solicitó un despliegue inmediato de tropas extranjeras para contener a las bandas, decisión que recibió la bendición de Estados Unidos y del secretario general de la ONU, António Guterres, aunque generó un amplio rechazo de la sociedad.
rgh/ane