De acuerdo con el informe divulgado este lunes en la página oficial de ese organismo, la mayor aceleración de la inflación en base tendencial se debe, principalmente, a los precios de los bienes alimenticios, cuyo crecimiento pasó del +10,1 en agosto al +11,4 por ciento en septiembre.
«Es necesario remontarse a agosto de 1983, cuando equivalía a +11,0 por ciento, para encontrar un incremento en los precios del carrito de la compra, en base anual, superior al observado en septiembre de 2022, de +10,9 por ciento”, señala el análisis.
Los precios de los bienes en bruto ascendieron del +9,8 al +11,0 entre ambos meses; en los elaborados subió del +10,4 al +11,4 por ciento, mientras que el de los de servicios recreativos y culturales creció del +4,6 al +5,7 por ciento.
Por otra parte, la inflación subyacente neta de energía y alimentos frescos se aceleró del + 4,4 al + 5,0 por ciento, y la de bienes energéticos del + 5,0 al + 5,5 por ciento.
El precio de los bienes, en base anual, pasó del +11,8 al +12,5 por ciento pero el de los servicios se mantuvo estable del +3,8 y +3,9 por ciento por lo cual, según expertos, se amplió el diferencial negativo a -8,6 en septiembre respecto al mes anterior, cuando fue de -8,0 por ciento.
El aumento cíclico del índice general se debe principalmente a los precios de alimentos no elaborados +2,0 por ciento; bienes semiduraderos, +1,0; duraderos, +0,7; y de alimentos elaborados, +0,5 por ciento, agregó la fuente.
El crecimiento de los precios al consumidor se acelera para todos los grupos de hogares, pero el diferencial inflacionario entre los hogares más pobres y los que más gastan continúa ampliándose.
En el tercer trimestre de 2022, apunta el Istat, el impacto de la inflación, medida por el denominado índice de precios de consumo armonizado, es superior en familias con menor poder adquisitivo, con un +11,6 por ciento, que en las de mayor nivel de gasto, con un +7,6 por ciento de incremento.
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