Un informe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) indicó que la carga de la deuda empeoró gravemente para esos países como consecuencia de las crisis en serie derivadas de la pandemia de la Covid-19, por lo que se considera un operativo actuar de inmediato.
Si esas naciones -que representan poco más del 3,0 por ciento de la economía global- no tienen acceso a una reestructuración efectiva de su adeudo, la pobreza aumentará y las inversiones en adaptación y mitigación climáticas que se necesitan con urgencia no podrán ejecutarse, especialmente porque no se cuentan entre los más vulnerables del mundo al clima.
El PNUD explicó en el documento que la crisis del débito se ha deteriorado en parte como resultado de las políticas internas de los países ricos, lo cual ha provocado que las tasas de interés en las economías en desarrollo se disparen y los inversionistas huyan de esas naciones.
Además, esto ocurre porque tienen grandes déficits de financiamiento para luchar contra el cambio climático.
La agencia de la ONU sostuvo que existen las condiciones para que los acreedores y los deudores inicien las conversaciones de reestructuración de la deuda bajo el Marco Común del G20 (las 20 economías más avanzadas) y eviten así una crisis de los países en desarrollo que, de lo contrario, podría convertirse en un trance a largo plazo.
El PNUD abogó por reestructuraciones integrales que permitan un retorno más rápido al crecimiento, así como a los mercados financieros y el desarrollo.
De acuerdo con el informe ese acomodo es vital para garantizar que las economías en desarrollo tengan las finanzas que necesitan y así avanzar de forma sostenible, pero subrayó también la urgencia de nuevas fuentes de financiamiento para que esas naciones inviertan en adaptación y mitigación climática.
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