Durante el Diálogo Regional Vinculante celebrado en Turbo, en la región de Urabá, recordó que cerca de allí se registra el éxodo de migrantes que busca atravesar el Darién para llegar a Estados Unidos.
Desde aquí, donde ha pasado este éxodo, convoco a todos los gobiernos de la América Latina a establecer la agenda común para defender la América Latina de la crisis mundial que se avecina, expresó el jefe de Estado.
«Se está vaciando la economía de las naciones latinoamericanas, se está saqueando Latinoamérica. Nuestras monedas caen todas», advirtió el gobernante.
Aseguró que una crisis económica mundial amenaza y 800 millones de personas sufren hambre en todo el mundo y varias decenas de millones en Colombia.
Nos amenaza el estancamiento económico, nos amenaza la alta tasa de interés que la Reserva Federal de Estados Unidos ha decretado para su propia economía y se lleva los capitales de los países suramericanos hacia allá, dejándonos vacíos, recalcó.
Señaló que desde Urabá, por los lados del Tapón del Darién, frontera entre Colombia y Panamá, región inhóspita, han pasado 150 mil personas en el último año entre ellas colombianas, haitianas, venezolanas, suramericanas.
«Ese muro de la naturaleza, atravesado por miles y miles de personas, ha originado desastres, tristezas, en ese éxodo de la población suramericana que trata de ir al norte, a como dé lugar», enfatizó.
Agregó que, dentro de esa situación, «los esclavistas de nuevo tipo violan mujeres, matan, trafican con el ser humano de todas las naciones de nuestro continente usándolas, usándolos, simplemente por su sueño de vivir mejor, porque ya no pueden vivir mejor en su propia tierra».
Los migrantes «creen que allá hay un sueño que los espera y abandonan nuestros países, en uno de los mayores desastres humanitarios de la historia reciente», alertó.
«Esos migrantes son rechazados en Estados Unidos. Ese país que no los quiere, tendría que entender que, para frenar ese éxodo, que por aquí pasa, hay que lograr más prosperidad en nuestras naciones. Que su propia política, por la dimensión de su economía, puede destruir las economías latinoamericanas, pero también puede ayudarlas», sostuvo.
En su opinión, es hora de ayudar a Suramérica, América Latina y al Caribe todo, los ecos de la Guerra Fría ya se acabaron, hay problemas comunes que afrontar y esa «agenda común debe ser la prioridad de la Cancillería colombiana en este momento de tormenta».
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