Con tal propósito se reúne el Comité de Emergencias Agropecuarias, cuyos integrantes debatirán las condiciones y predicciones climáticas en el corto y largo plazos, así como el llamado índice verde, que marca el crecimiento del pasto, fundamental en una economía que depende mucho de la ganadería.
Se trata de un parámetro que estudia el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria con sensores remotos.
La víspera el titular del MGAP, Fernando Mattos, dijo que la decisión se tomará con base a datos objetivos sobre el déficit hídrico.
Recordó que en buena parte del invierno hubo emergencia agropecuaria en vastas zonas del país, por lo cual la institución gubernamental continúa prestando ayuda a productores rurales.
“Este sería el tercer año consecutivo que estaríamos declarando emergencia agropecuaria. Estamos en un modo sequía en casi toda esta etapa, con variables interrumpidas por algunas lluvias”, aseveró el ministro.
La situación pone en peligro las siembras de verano, en particular los granos y oleaginosas.
Ante este panorama la Cámara de Diputados solicitó al MGAP que declare la emergencia en el suroeste uruguayo por preocupaciones de familias de productores rurales, asociaciones del agro y trabajadores.
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