«Nosotros, juristas, profesionales y estudiantes del Derecho, declaramos que el 30 de octubre vamos a votar por Lula y (Gerardo) Alckmin (vice en la fórmula electiva) y para ellos pedimos su voto», indica el manifiesto firmado por el exministro del Supremo Tribunal Federal Carlos Ayres Britto, entre otros.
El mensaje denuncia que la alternativa, representada por el mandatario de tendencia ultraderechista Jair Bolsonaro, «es el fin de la democracia y de los derechos políticos».
Con más de ocho mil firmas y disponible en internet para nuevas adhesiones, en la declaración los signatarios demandan el fin «de odio y de ataques a la libertad religiosa, basta de hambre, de destrucción del medio ambiente, de desintegración de los derechos económicos y sociales de nuestra población».
Aseguran que «la inspiración de la Constitución une brasileñas y brasileños con diferentes visiones político-ideológicas, en defensa del Estado democrático, destinado a asegurar el ejercicio de los derechos sociales e individuales, la libertad, la seguridad, el bienestar, el desarrollo, la igualdad y la justicia».
Todo lo anterior, agregan, como valores supremos de una sociedad fraterna, pluralista y sin prejuicios, fundada en la armonía social y comprometida, en el orden interno e internacional, con la solución pacífica de las controversias.
Entre los firmantes del manifiesto figuran también los expresidentes de la Orden de los Abogados de Brasil Cesar Britto y Felipe Santa Cruz, así como el exprocurador general de la República Cláudio Fonteles.
Alckim recibió el pliego en Brasilia junto a la senadora Simone Tebet, del Movimiento Democrático Brasileño y tercera en la primera vuelta de sufragio del 2 de octubre y que apoya a Lula, candidato del Partido de los Trabajadores en el balotaje.
La Justicia Electoral confirmó que, en la primera ronda del referendo, el líder petista quedó en primer lugar, con un 48,43 por ciento de los votos válidos (se desconsideran blancos y nulos), y Bolsonaro, quien ambiciona reelegirse por el Partido Liberal, tuvo un 43,20.
Ninguno de los postulantes logró en ese pleito la mayoría absoluta de votos, es decir, más de la mitad de válidos (excluidos blancos y nulos), como establece el código brasileño para ser electo.
Ambos políticos disputarán el segundo turno el último domingo del mes en curso.
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