Según el reporte estadístico, el país acumula un total de 220 infectados y cinco fallecidos con presencia en las regiones norteñas de Akkar, Minieh Dannieh y Trípoli; en el noreste de la Bekka; en el este de Baalbek y en la gobernación de Monte Líbano.
Hasta el momento, 29 localidades del territorio libanés presentan al menos un caso de cólera, de ellas las comunidades de Bebnine-Abdeh (Akkar) y Rihanieh (Minieh Dannieh) registran el mayor número de pacientes con 41 y 38 enfermos, respectivamente.
De acuerdo con el ministerio de Salud Pública en el gobierno interino, Firas Al-Abyad, el agua contaminada en varias zonas del país constituye el principal factor en el incremento de los infectados de cólera, así como el contacto de los pobladores.
Ante este panorama, el sector sanitario activó los equipos de monitoreo epidemiológico para tomar muestras permanentes de pacientes, personas infectadas y fuentes de agua con el objetivo de analizarlas en los laboratorios.
También reforzó la preparación de los hospitales y la distribución por todo el país de folletos con información sobre los métodos de prevención, síntomas y tratamientos adecuados para combatir el brote.
Los funcionarios de salud aconsejaron a los libaneses y residentes a mantener una correcta higiene personal, no beber ni usar agua insegura, lavar las manos regularmente antes de preparar o comer alimentos y después de ir al baño.
Esta semana, la Organización Mundial de la Salud (OMS) a través del centro regional en Dubái envió el primer lote de suministros y medicamentos para reforzar la respuesta libanesa al brote de cólera.
Según la OMS, el cólera es una infección bacteriana aguda que afecta el estómago y se transmite a través de las manos, el agua o el consumo de alimentos contaminados.
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