Esta instalación se encuentra en la Universidad de Santiago y en ella se pueden realizar pruebas de movimientos telúricos sobre estructuras de mediano y gran tamaño, principalmente civiles, explicó a Prensa Latina el doctor Erick Saavedra.
Se trata de una plataforma de acero que funciona mediante bombas hidráulicas y recibe instrucciones desde una computadora. Allí se hacen estudios de fatiga en construcciones, vibraciones en estanques, conexiones y daños a estructuras de hormigón, madera y acero.
Esta mesa vibradora cuenta con nueve metros cuadrados de superficie y dos de alto y está soportada por una masa de hormigón de 300 metros cúbicos.
El jefe del Laboratorio de Ingeniería Sísmica de la alta casa de estudios afirmó que aquí es posible efectuar experimentos con distintos materiales, pero en estos momentos se están haciendo en muros de madera contralaminada.
Este es un sistema constructivo relativamente nuevo que está cobrando mucho auge a nivel mundial, dijo Saavedra, y recordó que la madera es un material renovable y no contamina, a diferencia de otros, y además es más liviana en comparación con el hormigón armado y el acero.
“En nuestro departamento de ingeniería en obras civiles estamos desarrollando tanto análisis teóricos, simulaciones computacionales, predicciones numéricas, como ensayos experimentales para poder alimentar los modelos teóricos”, explicó el experto.
En estos ensayos participan tres estudiantes, un laboratorista y varios académicos de la universidad, como también contamos con el apoyo de colegas de varios países europeos, afirmó Saavedra.
Hoy día las investigaciones están encaminadas a estructuras pequeñas, donde se aplican distintas amplitudes de desplazamientos y se evalúa cómo influyen en la respuesta dinámica del sistema y cómo se comportan las conexiones entre elementos de madera.
Posteriormente, se realizarán pruebas de mayor envergadura que incluyen la construcción de una estructura de cuatro pisos para un ensayo único a nivel sudamericano.
Gran parte de este trabajo se realiza a través del proyecto Fondecyt Regular 1211767, financiado por la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo de Chile, con el propósito de hacer nuevos modelos computacionales capaces de predecir cómo se comportan edificaciones de madera contralaminada cuando son sometidas a cargas sísmicas.
Chile se encuentra ubicado en el llamado cinturón de fuego del Pacífico, una de las zonas sísmicas y volcánicas más activas del mundo, y el territorio es afectado por periódicos terremotos.
El más potente registrado aquí es el ocurrido en 1960 en Valdivia, que tuvo una magnitud de 9,6 y provocó un tsunami con olas superiores a los 10 metros.
En fecha más reciente, el 27 de febrero de 2010, un sismo alcanzó una magnitud de 8,8 y afectó a las regiones de Valparaíso, la Metropolitana de Santiago, O´Higgins, Maule, Biobío y La Araucanía.
El movimiento telúrico dejó más de 500 muertos, arrasó ciudades importantes y destruyó cerca de 500 mil viviendas.
En un país tan sísmico como el nuestro será vital innovar en materiales de construcción que superen pruebas rigurosas en este simulador, consideró el académico.
Treng Treng es el nombre con el que ha sido bautizado este ingenio tecnológico en honor al ser mitológico mapuche asociado al movimiento subterráneo.
La instalación puede moverse longitudinalmente, transversalmente y a través de torsión en planta y predecir así los daños que ocasionaría un temblor de tierra de distintas características sísmicas.
El doctor Erick Saavedra destacó el liderazgo de la Universidad de Santiago, en particular de su departamento de ingeniería en obras civiles, en las investigaciones sobre los terremotos y sus efectos en edificaciones.
alb/car
*Corresponsal jefa de Prensa Latina en Chile