Tras enfrentar un resurgir de la epidemia, la autoridad sanitaria estableció un mecanismo de cobertura médica en su totalidad a cargo del Estado, ya sea en las salas de emergencia o al ingresar al hospital.
Líbano amaneció con un total de 239 enfermos de cólera y 10 fallecidos, en los primeros contagios en la nación desde 1993.
Hasta el momento, el país registra al menos un caso en 36 localidades pertenecientes a las regiones norteñas de Akkar, Minieh Dannieh y Trípoli; en el noreste de la Bekka; en el este de Baalbek; en el sur de Saida y en la gobernación de Monte Líbano.
Según el titular de Salud Pública en el gobierno interino, Firas Al-Abyad, el agua contaminada en varias zonas del país constituye el principal factor en el incremento de los infectados de cólera, así como el contacto de los pobladores.
Ante este panorama, el sector sanitario activó los equipos de monitoreo epidemiológico para tomar muestras permanentes de pacientes, personas infectadas y fuentes de agua.
También reforzó la preparación de los hospitales y la distribución por todo el país de folletos con información sobre los métodos de prevención, síntomas y tratamientos adecuados para combatir el brote.
Al mismo tiempo, los funcionarios de salud aconsejaron a los libaneses y residentes a mantener una correcta higiene personal, no beber ni usar agua insegura, lavar las manos regularmente antes de preparar o comer alimentos y después de ir al baño.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, el cólera es una infección bacteriana aguda que afecta el estómago y se transmite a través de las manos, el agua o el consumo de alimentos contaminados.
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