A juicio del jefe de Estado, la seguridad alimentaria en el continente merece atención, pues “es un componente importante de la paz y la seguridad”, reflejó el discurso íntegro, publicado aquí por el Jornal de Angola.
Gobiernos africanos implementan proyectos y programas para contrarrestar la escasez de alimentos y agua para el consumo humano, sin embargo, severas sequías provocan verdaderas catástrofes humanitarias, como ocurre estacionalmente en países del Sahel, Somalia y en parte de Kenya, ejemplificó el mandatario.
“Con la sequía prolongada, sopesó, viene la pobreza extrema, la pérdida de ganado que a veces es la única fuente de riqueza para las poblaciones.”
La miseria en tales proporciones constituye “un terreno fértil para los traficantes de personas, la prostitución, la emigración ilegal a Europa o incluso para alimentar las filas de los movimientos fundamentalistas que provocan inestabilidad y fomentan el terrorismo en el continente”, evaluó.
En opinión del dignatario, los gobiernos no pueden bajar los brazos ante los efectos del cambio climático y sus consecuencias sobre las poblaciones y las economías, lo cual impacta negativamente en la paz y la seguridad.
A la luz de las debilidades estructurales del continente, agregó, también parece mucho más complicado y difícil reparar los daños provocados por la Covid-19 durante los últimos dos años.
Debido a la emergencia sanitaria, distintos planes de lucha contra la pobreza fueron pospuestos y parte de sus recursos se emplearon en mitigar los efectos más directivos de la pandemia, razonó.
Después del Covid-19, subrayó, África sufrió dificultades adicionales e imprevistas para acceder a insumos agrícolas y alimentos básicos, causadas por el conflicto entre Rusia y Ucrania.
Como resultado de los fenómenos expuestos, estimó, la pobreza empeoró y “aumentó exponencialmente la probabilidad de surgimiento de nuevos factores de tensión susceptibles de originar conflictos”.
El presidente llamó a enfrentar la situación con objetividad y a procurar respuestas sobre la base de la utilización racional y responsable de los recursos existentes.
Estamos aquí, señaló, para reflexionar sobre las consecuencias de los conflictos armados en la vida de las poblaciones y la economía de los estados, teniendo presente la necesidad de encontrar las mejores soluciones.
En tal sentido, Lourenço exhortó a trabajar de manera más coordinada con las organizaciones regionales y la Unión Africana, para que las iniciativas tengan resultados efectivos capaces de ayudar a restaurar la confianza, la paz y la tranquilidad, el orden y la seguridad necesarios para el progreso y desarrollo.
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