De acuerdo con el CICR, la operación humanitaria, que tuvo lugar en zona rural del departamento de Nariño, se desarrolló en coordinación con la Oficina del Alto Comisionado para la Paz, la Defensoría del Pueblo y la Iglesia católica.
Detalló que esta liberación se realizó en el contexto de los recientes enfrentamientos que se han dado entre grupos armados en la zona.
«El derecho internacional humanitario protege principalmente a las personas que no participan o que han dejado de participar en las hostilidades y establece que estas deben ser tratadas con humanidad en todas las circunstancias», expresó José Antonio Delgado, jefe de operaciones de la delegación del CICR en Colombia.
Añadió que el CICR aprecia la colaboración de las partes involucradas para llevar a buen término esta acción humanitaria y garantizar la liberación de personas capturadas a raíz de conflictos armados.
El texto puntualizó que el personal de salud del CICR, que acompañó la misión humanitaria, examinó de manera preliminar a las personas liberadas y estableció que se encontraban en adecuadas condiciones de salud, por lo cual fueron trasladadas posteriormente a otras zonas del país.
«Detrás de una persona que está en poder de un actor armado siempre hay una madre o padre, un hijo o hija o un ser querido que espera información», manifestó Delgado.
En tal sentido, el funcionario del CICR saludó «estos gestos humanitarios que posibilitan la reunificación familiar.»
Recalcó que «el respeto del derecho internacional humanitario significa mucho para las personas afectadas por los conflictos armados: cuando se respeta la protección que confieren estas normas, disminuye la magnitud del sufrimiento humano».
El CICR participa en estas labores humanitarias como intermediario neutral con la estricta
finalidad de aliviar el sufrimiento de las personas afectadas por los conflictos armados y la violencia
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