El estudio, encabezado por John Helveston, de la Universidad George Washington, analizó las capacidades instaladas históricamente, así como los datos de precios de venta y material de entrada para fabricar módulos de paneles solares en Estados Unidos, Alemania y China, las tres naciones con mayor implementación de energía solar entre los años 2006 y 2020, según publicó la revista Nature.
Estimó que de conjunto ahorraron con la cadena de suministros un total de 67 mil millones de dólares: 36 mil millones China, 24 mil millones Estados Unidos y siete mil millones Alemania.
En contraste, si cada uno de ellos hubiera adoptado fuertes políticas comerciales nacionalistas que limitaran el aprendizaje transfronterizo durante el mismo período, los precios de los paneles solares en 2020 habrían sido significativamente más altos: 107 por ciento en Estados Unidos, 83 en Alemania y 54 en China, destacó el análisis.
Los especialistas alertaron, además, que de aplicarse actualmente tales políticas los costos de dichos equipos serán aproximadamente un 20 o 25 por ciento más elevados en cada país para 2030, en comparación con un futuro con cadenas de suministro globalizadas.
Estas conclusiones llegan en un momento en que muchos gobiernos introducen políticas que nacionalizan las cadenas de suministro de energía renovable en un intento por beneficiar a los fabricantes locales.
“Lo que este estudio nos dice es que si nos tomamos en serio la lucha contra el cambio climático, los formuladores de políticas deben implementar políticas que promuevan la colaboración entre las cadenas de valor globales con respecto a la ampliación de las tecnologías energéticas bajas en carbono”, dijo Helveston.
Añadió que si bien esta investigación se enfoca en una industria, la solar, los efectos descritos son aplicables a otras de energía renovable, como la eólica y los vehículos eléctricos, apuntó.
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