La afluencia de los granjeros a los mercados como último recurso imprimió un descenso notable de los precios y colocado a alrededor de tres millones 500 residentes en el sur del país al borde de la inseguridad alimentaria, acorde con estadísticas del Programa Mundial de Alimentos de la ONU.
Los criadores prefieren vender sus cabezas de ganado a verlas morir por falta de agua y pastos.
Esa cifra es solo parte de los 20 millones de seres humanos, la mitad de ellos niños, que en la propia Kenya, Djibouti, Etiopía y Somalia necesitan con urgencia ayuda humanitaria este año debido a la sequía, añade la fuente.
En contraste, torrenciales aguaceros en 19 estados del centro y el oeste de África con su secuela de damnificados, privan de alimentos y agua potable a unos cinco millones de personas sumergidas ahora en la categoría de desplazados internos tras perder sus parcelas de cultivos casi todos de subsistencia.
Estudios someros cifran en un millón de hectáreas las áreas de cosechas devastadas por los torrentes derivados de las inclementes lluvias.
Solo en dos países Sudán del Sur y Nigeria los torrenciales aguaceros del monzón anuel amenazan las vidas de más de 910 mil personas.
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