Con el propósito de repasar el recorrido por las páginas de la historia en la isla caribeña, tuvo lugar recientemente el espacio Son de la trova, en la librería Fayad Jamís, el cual propició el acercamiento a títulos del sello editorial del Museo Nacional de la Música relacionados con este género.
“La trova es la bitácora de la nación. No hay suceso que la trova no haya registrado y marcado. Hay muchos momentos importantes, que se entendieron bien y motivaron el conocimiento de la población, porque fueron convertidos en canción”, reconoció en el encuentro Abel Acosta.
Durante la cita, se presentó el volumen Como la rosa, como el perfume, el cual contiene 40 composiciones musicales emblemáticas, junto a los cifrados del acompañamiento de cada canción, reseña la página web del museo.
Asimismo, tuvo lugar el diálogo en torno el texto Sindo Garay. Memorias de un trovador, que acerca a la trayectoria de uno de los más prominentes músicos cubanos, mientras el libro Trío Matamoros. Treinta y cinco años de música popular cubana, devino oportunidad de explorar la historia de los icónicos Matamoros.
El Movimiento de la Nueva Trova emergió en el escenario musical de la Cuba a finales de la década de 1960, como resultado de un proceso de maridaje entre la música popular tradicional, textos progresistas, con elementos de la canción latinoamericana y notas de filin.
Surgida al calor de los cambios sociales, económicos y políticos impulsados por la Revolución en la isla (1 de enero de 1959), la trova se abrió camino entre pentagramas y letras capaces de movilizar, exponer la realidad y fomentar la reflexión.
Aunque bebió de la trova tradicional, este género articuló también las influencias del rock and roll y pop de esa etapa, al tiempo que intentó “escapar de las banalidades cotidianas, mediante la concentración en los ideales del socialismo, la injusticia, el sexismo, el colonialismo, el racismo y otros temas similares”, según apuntó el musicólogo Helio Orovio.
Considerado como uno de los más importantes dentro de la Nueva Canción Latinoamericana, por su alta difusión, calidad musical e influencia continental, según refieren los expertos, esta expresión sonora tuvo entre sus principales cultores al cronista Carlos Puebla y cantautores jóvenes que alcanzaron un prominente éxito.
En ese sentido destacaron Silvio Rodríguez, Pablo Milanés, Vicente Feliú, Leo Brouwer y Noel Nicola, quienes protagonizaron los escenarios de la naciente Nueva Trova, tanto en la mayor de las Antillas, como en Chile y otros territorios latinos.
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