“Van a profundizar la violencia, porque entienden que con la violencia se genera una indignación colectiva y de presión al Ejecutivo”, afirmó el vocero en declaraciones a la prensa.
Consideró que ellos piensan que con esa presión pueden negociar “y como dice en la página 4 de su documento sobre el censo: vamos a arrancarle al gobierno por la razón o la fuerza el censo para el 2023. Ahí está el objetivo, arrancar por la fuerza”.
La víspera, el Encuentro Plurinacional por el Censo con Consenso de Cochabamba propuso que una comisión técnica integrada por el Comité Interinstitucional cruceño, el Instituto Nacional de Estadística y organismos internacionales defina la fecha del ejercicio censal, ya sea en 2023 o 2024.
Hasta el momento no hay una posición oficial, aunque Camacho y Calvo ya expresaron su rechazo.
Mientras, se incrementan los ataques en Santa Cruz por parte de los grupos paramilitares a las órdenes de Camacho y Calvo contra quienes se oponen al paro, devenido en realidad bloqueos que impiden el derecho al trabajo y a la libre movilidad.
Los canales de televisión mostraron cómo en Concepción los paramilitares de la Unión Juvenil Cruceñista quemaron y destruyeron la casa de una familia de indígenas ayoreos contrarios a la protesta encabezada por Camacho.
También en Santa Cruz unas 50 personas cómplices de los cívicos bloquearon con basura la sede de la asociación de mujeres Bartolina Sisa, mientras grupos vandálicos atacaron a los vecinos del barrio Plan 3000, que se resiste al paro.
“Es posible que desde la gobernación y el Comité pro Santa Cruz se active una violencia mayor”, insistió Richter este sábado en una entrevista a Radio Kawsachun Coca.
Subrayó el vocero que ahora el gobernador cruceño ya no solo plantea censo sino también federalismo y pacto fiscal, en una escalada de demandas que apuntan a mayor conflictividad.
“Lo que ahora, en realidad le interesa, es el conflicto, el tensionamiento y la exacerbación de lo que significa regionalismo inclemente que nos enfrenta a los bolivianos de una región contra otra”, razonó.
El sábado 22 empezó el paro en Santa Cruz, que no alcanzó un éxito total como en 2019 porque en diversas zonas los transportistas y los vendedores gremiales se movilizaron para trabajar.
Ante esta actitud, el Comité Cívico recurrió a grupos de bloqueadores en muchos casos alcoholizados que imponen la violencia y la extorsión en sus puntos de control.
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