Según un balance divulgado por la Policía Federal de Carreteras (PRF por sus siglas en portugués), hay bloqueos en 227 autopistas federales.
Desde el pasado domingo, insatisfechos conductores de camiones comenzaron a impedir el flujo en las vías por todo el país contra el resultado de los comicios, en los que Bolsonaro perdió ante el presidente electo Luiz Inácio Lula da Silva.
El ministro Alexandre de Moraes, del STF, ordenó la víspera a la Policia adoptar las medidas necesarias para desbloquear las vías.
«Las policías militares de los estados poseen plenas atribuciones constitucionales y legales para actuar ante esos ilícitos, independientemente del lugar en que ocurran, sea en espacios públicos y carreteras federales, estaduales o municipales», escribió De Moraes.
Anoche, el director general de la PRF, Silvinei Vasques, envió una carta a los superintendentes regionales del órgano determinando que «todos los policías disponibles deben ser empleados para garantizar el derecho de ir y venir de la población brasileña».
La Orden de Abogados de Brasil (OAB) señaló este martes que los bloqueos son inaceptables, pues la Constitución no admite manifestaciones que ataquen el Estado Democrático de Derecho.
«El respeto a la soberanía popular es primacía básica de la democracia. El derecho de ir y venir no puede ser restringido por actos antidemocráticos», indicó el presidente de la OAB, Beto Simonetti.
También la Confederación Nacional de Trabajadores en Transportes y Logística publicó una nota de repudio a las protestas, a la que calificó de antidemocráticas.
Hace más de 36 horas, Bolsonaro guarda silencio tras su fracaso en urnas y sigue sin admitir el resultado ni tampoco ha llamado, como se acostumbra, al jefe de Estado electo.
En la primera vuelta de referendo del 2 de octubre Lula, aspirante al poder por el Partido de los Trabajadores, ganó con 48,43 por ciento de los votos válidos, mientras que el gobernante de tendencia ultraderechista, quien codiciaba reelegirse por el Partido Liberal, tuvo 43,20 por ciento.
Como ninguno de los políticos logró en ese pleito la mayoría absoluta de votos, es decir, más de la mitad de válidos (excluidos blancos y nulos), como establece la legislación para ser electo, disputaron el balotaje.
De manera muy cerrada, el hijo de la clase obrera volvió a ganar este domingo la segunda ronda con 50,90 por ciento frente al 49,10 del exmilitar.
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