En una declaración, la Cancillería norcoreana señaló que, debido a los persistentes e imprudentes movimientos militares de Washington y Seúl, la situación de la Península Coreana y su contorno se hallan otra vez en grave fase conflictiva.
El ministerio recordó que entre el 17 y el 28 de octubre pasados tuvo lugar en toda la extensión geográfica surcoreana el entrenamiento de movilidad al aire libre «Hoguk»; y después de ese simulacro se inició Vigilant Storm, un ejercicio conjunto aéreo de máxima envergadura entre Estados Unidos y Surcorea.
El presente ensayo, en que se movilizan cientos de aviones de combate de diferentes tipos -incluidos los cazas Stealth F-35B con base en Japón- tiene como objetivo principal golpear los blancos estratégicos de la RPDC, refleja la declaración.
La Cancillería apuntó que, a causa de los ejercicios bélicos que el país norteamericano y sus satélites orquestan casi todos los días en este año, la Península Coreana se ha convertido en un punto candente, con la tensión militar más empeorada en el mundo, lo que agrava el ambiente de seguridad regional.
Los hechos demuestran claramente que Washington ha llegado a la etapa final de su guion de guerra nuclear anti-RPDC, agregó la cartera.
La declaración asegura que Pyongyang está listo para poner en práctica todas las medidas necesarias para defenderse de tal amenaza militar proveniente del extranjero, que pone en riesgo la soberanía del Estado, la seguridad del pueblo y la integridad territorial.
Si Estados Unidos no desea una grave situación que no convenga a sus intereses de seguridad, ha de cesar inmediatamente los alborotos inútiles; de lo contrario, se responsabilizará totalmente de todas las consecuencias, concluye el documento.
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