En el cuarto día del vacío de poder, el titular del Parlamento, Nabih Berri, insistió en la urgencia de lograr el consenso requerido y otorgar prioridad al nombramiento del nuevo mandatario del país para los siguientes seis años.
Berri llamó a los bloques parlamentarios al diálogo y dejar a un lado las discrepancias de las anteriores sesiones a fin de llegar a una solución sobre el representante de la comunidad cristiana maronita a ocupar el puesto de jefe de Estado.
De acuerdo con la Constitución, en la ronda inicial de votaciones, el candidato debe obtener dos tercios o 86 sufragios para ganar; en tanto, de acudir a segunda vuelta el postulante requiere de la mayoría de 65 votos.
En caso de vacancia, las funciones del mandatario serán delegadas en el Consejo de Ministros, de conformidad con el artículo 62 de la carta magna.
Ante este escenario, la polémica en relación a la renuncia del gobierno interino finalizó en el legislativo con la recomendación al primer ministro, Najib Miqati, de avanzar en sus tareas, de acuerdo con los principios constitucionales a la luz de la compleja realidad económica, financiera y social de la nación.
El énfasis en asumir responsabilidades y centrarse en elegir al jefe de Estado sin prolongar el vacío presidencial sentenció ayer en el Parlamento el decreto del exmandatario Michel Aoun sobre la renuncia del gabinete al considerar limitados sus poderes tras la incapacidad de formación desde junio último.
Luego de seis años en el poder, Aoun concluyó el pasado lunes su gestión y Líbano enfrenta un cuarto vacío presidencial desde la independencia con un gobierno en funciones y fragmentación en el Parlamento.
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