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Cuartos en el ranking de la FIFA -detrás de Brasil, Bélgica y Argentina-, eliminados temprano hace poco en la Liga de Naciones y con importantes lesiones en sus filas, Les Bleus pudieran parecer sin grandes opciones, pero mejor no sobrevalorar esos indicadores, porque el 22 de noviembre en su debut del grupo D frente a Australia, pisarán con la etiqueta de candidatos al título el césped del moderno estadio Al-Janoub, inspirado en el mar y la vela de los dhows.
La carta de presentación de los galos es notable: la dupla ofensiva Karim Benzema-Kylian Mbappé, el flamante Balón de Oro y líder del Real Madrid y la desequilibrante superestrella del PSG, a quienes acompañarán Antoine Griezmann (Atlético de Madrid) y futbolistas que ya vivieron la gloria máxima y promesas del más universal de los deportes.
El ataque no es en realidad un problema, con otros nombres como Ousmane Dembélé (Barcelona), Kingsley Coman (Bayern Múnich), Christopher Nkunku (RB Leipzig) y el veterano Olivier Giroud (AC Milán) esperanzados de hacer las maletas para Qatar.
La media cancha, donde se combinan las artes de crear y destruir, es harina de otro costal, a partir de una mala fortuna empeñada en complicar las cosas al técnico Didier Deschamps y a quienes no dejan de pensar en una Francia con tres estrellas, que solo cederían ante las cinco de Brasil y las cuatro de Alemania y la ausente Italia.
Artífices en Rusia-2018, no jugarán con Les Bleus en Qatar el gran recuperador N’Golo Kanté (Chelsea) y el todoterreno Paul Pogba (Juventus), una pareja irremplazable en cualquier esquema de juego, aunque en Francia abunda el talento para alinear un centro del campo competitivo.
Pasar de oficial a mariscal sin librar grandes batallas previas es asunto de la ficción, pero el jefe del banquillo galo demandará ese milagro a la promesa hecha realidad Aurélien Tchouaméni (22 años, Real Madrid), un volante potente y con mucha más técnica de la que le atribuían.
Juventud divino tesoro, esa será la consigna de Francia en el mediocampo, porque a Tchouaméni luchan por acompañarlo Adrien Rabiot (27, Juventus), Mattéo Guendouzi (23, Olympique de Marseille), Youssouf Fofana (23, Mónaco) y Eduardo Camavinga (19, Real Madrid), quien aún parece verde para el desafío mundialista, sin embargo, su enorme talento pudiera explotar de una vez gracias a la presión.
Deschamps tiene ahora mismo dolores de cabeza, que aumentarían si Raphael Varane no llega a tiempo para el torneo señalado del 20 de noviembre al 18 de diciembre, pero también es verdad que cuenta con un margen para escoger que envidian otros seleccionadores.
El excampeón mundial de Francia 1998 pudiera aprovechar las ilustres ausencias para restarles presión a sus jugadores, en definitiva la etiqueta de favoritos no es lo más importante.
Goles son amores, alguien diría, y en este hermoso deporte casi siempre los más seguidos son los que mayores posibilidades tienen de llevar el balón a las redes, y Francia no es la excepción.
El ilustre veterano Benzema (34 años) tratará de demostrar en Qatar que el merecido Balón de Oro no es su último capítulo de gloria, con la sed de triunfo extra que acumula por su ausencia en Rusia 2018.
Quiero ganar el mundial, tengo mucha confianza y ambición, afirmó el 97 veces internacional, llamado a convertirse en el décimo centenario con Les Bleus, y autor de 37 dianas con la selección, quinto en la lista histórica, detrás de Thierry Henry (51), Giroud (49), Griezmann (42) y Platini (41).
Qué decir de Mbappé, una de las superestrellas de la actualidad y la más cara de todas, un delantero de apenas 23 años que puede mostrar ya un título mundial y 28 goles en 59 convocatorias, el atleta señalado para dominar las estadísticas en su país.
Menos mediático y con sus mejores años en la mochila, Giroud (36 años) aspira a ser parte de la lista de Deschamps, considerando la gran temporada del nueve de pura raza con el AC Milán.
También a observar de cerca son los casos de Tchouaméni, devenido la pieza clave del mediocampo, y Griezmann, una estrella que sueña con recuperar el brillo de antaño.
lp/wmr