La problemática del hacinamiento de las cárceles y la prisión preventiva prolongada preocupa a la organización que alienta al Gobierno a adoptar medidas urgentes.
Su portavoz, Armel Remy, urgió a las autoridades a organizar juicios penales para reducir la cifra de detenidos por delitos menores o quienes ya cumplieron su tiempo de condena.
La tasa de ocupación de las prisiones es de 401 por ciento, cuatro veces su capacidad y los centros penitenciarios enfrentan una grave crisis alimentaria y de suministros médicos, según denunció la Oficina Integrada de Naciones Unidas en Haití.
En un informe a mediados de agosto, la representación de la ONU deploró que los reclusos tienen para sobrevivir “poco más de la superficie de una silla” y se les sirve una sola comida al día.
Criticó, además, la falta de acceso a atención médica con un solo galeno por cada mil 16 reos y los escasos y limitados suministros médicos.
En estas condiciones, el número de muertes en los centros penitenciarios aumentó con respecto a años anteriores, y la situación se agravó con el brote de cólera detectado en la Penitenciaría Nacional, situada en esta capital, que cobró 14 vidas.
A inicios de octubre pasado el fiscal de la capital, Jacques Lafontant, pidió una tregua a las manifestaciones para reanudar las audiencias civiles que permitan disminuir la sobrepoblación en las cárceles.
Más del 90 por ciento de los prisioneros de Haití nunca comparecieron ante jueces y muchos no tienen acceso a abogados, un fenómeno que se agravó por los prolongados periodos de crisis en el sistema judicial, huelgas de sus empleados y disturbios sociales.
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